Cuarenta años de Democracia explicados a los niños

Gustavo Bombini. Universidad de Buenos Aires. Universidad Nacional de San Martín

Resumen

Se propone en este artículo hacer el ejercicio de Memoria que supone revisar proyectos editoriales e iniciativas de política pública, así como también releer algunos de aquellos libros literarios y de divulgación que se publicaron en los años iniciales de la Democracia, contribuyendo a la construcción de un nuevo lenguaje y nuevas experiencias estéticas de niñas y niños en el contexto emergente.

Palabras clave: Democracia, Proyectos editoriales, Políticas públicas, Libros para niñas y niños.

Salida de la dictadura, restablecimiento del régimen democrático, transición a la democracia, vivir en democracia, destape son términos que nos invitan a pensar en la conmemoración de los cuarenta años de continuidad del régimen democrático en la Argentina. Elecciones libres de autoridades, libertad de expresión, partidos políticos que alternan en el poder y ejercicio constante y ampliación de derechos podrían ser algunas notas distintivas de una forma de gobierno que transitamos sin interrupciones desde hace cuatro décadas.

Estos cuarenta años en continuidad suponen un cambio respecto de los golpes de Estado y las vueltas a la Democracia en las décadas anteriores. El fracaso del proyecto económico de la dictadura iniciada en marzo de 1976 y la derrota de la Guerra de las Malvinas dieron lugar a una ideología antimilitarista que generó un cambio en la cultura política, reforzado por la lucha de los organismos de derechos humanos y por los Juicios a las Juntas Militares, realizados en 1985 por iniciativa del Presidente Raúl Alfonsín.

Pero la idea de Democracia no solo remite a la instancia formal que supone el cumplimiento de la Constitución, sino que además tiene que ver con unas formas de vida, de sociabilidades, de comunicación y, al fin, de lenguaje: la Democracia genera las condiciones para la discusión pública y participativa de la comunidad, que excede la representación a través del voto o de la participación directa en las decisiones de la comunidad, y además habilita el lugar de la palabra propia, la de todas y todos.

En ese sentido, me propongo en este artículo indagar y hacer Memoria, a cuarenta años de vida bajo régimen democrático,1 acerca del modo en que, en la disputa por las palabras y sus sentidos, las niñas y los niños fueron incluidos en un discurso que se presentaba como novedad, que suponía recurrir a nuevas palabras o a otras que habían sido silenciadas (Velázquez Ramírez, 2015).

Así como en el campo editorial académico de las humanidades y las ciencias sociales fue necesario anticipar y seguir desarrollando líneas de publicación que recuperaran y sumaran autores y teorías desplazadas o explícitamente censuradas (Invernizzi & Gociol, 2002; Bombini, 2020), en el campo de la producción editorial para niñas y niños se advierte, desde los primeros tiempos de la instauración de la Democracia, el desarrollo de proyectos editoriales conscientes de la necesidad de abrir un campo de significaciones políticas, culturales y pedagógicas que contribuya a una nueva construcción literaria y divulgativa.

Se trata de iniciativas, propuestas y voces de los inicios de la Democracia que tuvieron un valor anticipatorio y fundante respecto de desarrollos sostenidos a lo largo de las últimas cuatro décadas.

Mucho se ha escrito sobre el plan sistemático de censura en el campo de la cultura y, en particular, en el sector del libro. Al respecto, los trabajos de Hernán Invernizzi y Judith Gociol y, en particular, en el campo de la literatura infantil, el trabajo de Gabriela Pesclevi (2013) o las investigaciones más recientes de Laura García (2021) dan cuenta de los procesos de censura que afectaron las experiencias de lectura y pedagógicas de niñas y niños que transitaban su infancia en aquellos tiempos.

Se intentará aquí hacer el ejercicio de Memoria que supone revisar proyectos editoriales e iniciativas de política pública, también releer algunos de aquellos textos que tuvieron una intencionalidad pedagógica, en el caso de libros divulgativos o que apostaron a un modo de procesar la experiencia democrática en ciernes, en el caso de los literarios.

“Últimamente todos hablan de democracia, que la democracia de aquí, que la democracia de allá”. Así inicia el libro ¿Qué es eso de la democracia?, el primero de la Colección Entender y participar, cuya autora y también directora de la Colección es Graciela Montes, y primera publicación que lanza Libros del Quirquincho en 1985, proyecto editorial pergeñado por la propia Montes junto con Oscar “El negro” Díaz, antes diseñador de EUDEBA y del Centro Editor de América Latina.2

Este texto en particular y el resto de los de la Colección asumen una estrategia discursiva que consiste en un diálogo posible donde las preguntas que se van respondiendo darían cuenta de aquellas zonas de no-saber y también de curiosidad, como modo de imaginar un lector posible. En este sentido podemos decir que hay en el texto una conciencia de que se está desarrollando una pedagogía de la palabra en Democracia y sobre la Democracia cuando se explicita el sentido de novedad: “Antes, en cambio, nadie usaba esta palabra”. Frente a esto son los adultos quienes se proponen explicar: “Mi papá y mi mamá dicen: «Hasta hace pocos años teníamos un gobierno por la fuerza y ahora tenemos un gobierno por la democracia, un gobierno democrático»”. La explicación no parece ser todo lo eficaz que se espera. La voz que entabla el diálogo imaginario a partir de réplicas que permiten hacer avanzar la información y, que al fin y al cabo, se presenta como la voz de la niña o del niño, lector curioso de este libro, afirma inmediatamente: “Pero yo sigo sin entender”, y vuelve a preguntarse: “¿Qué es esto de la democracia?”.

Con una lógica de preguntas y respuestas como la de los libros de catecismo o de ciertos antiguos libros de lectura, la información va avanzando y reconoce en las páginas 10 y 11 un momento particularmente crucial: “No siempre” [vivimos en democracia]. “En mi casa dicen que hasta hace pocos años teníamos un gobierno por la fuerza, y no por democracia”, y la respuesta es contundente desde lo lingüístico y desde lo visual: se introduce la noción de golpe de Estado y se enfatiza que se trata de “Un golpe de muerte a la democracia”, mientras tanto la doble página ilustrada por el destacado artista Sergio Kern muestra en perspectiva y en primer plano el cañón de un tanque de guerra que va de una página hacia la otra y está atravesado en vertical por las fechas 1930/1943/1955/1962/1966/1976, que señalan la sucesión de golpes militares desde la década de los años treinta.

El modo de referirse a esa vuelta a la Democracia no se romantiza, sino que se presenta como un desafío complejo luego de haber atravesado una etapa de dictadura: “Pero no es fácil volver a vivir en democracia. Los gobiernos autoritarios hacen que la gente se olvide de participar”, por lo que se trata de un desarrollo en el tiempo y en constante construcción: “No es fácil aprender a vivir en democracia. En realidad, la democracia es algo que se va haciendo. La hacemos entre todos, la vamos mejorando. Vamos aprendiendo”.

Este libro divulgativo para niñas y niños pone en juego un modo posible en que se dice y se enseña a decir la Democracia y opera sobre la toma de conciencia de estar enseñando un lenguaje.

El resto de los volúmenes de la Colección presentan temas acaso asimilables a las disciplinas escolares del área de instrucción cívica o formación de la ciudadanía, pero son abordados con cierto nivel de especificidad y detalle que no eran habituales en el currículum escolar de entonces.

De esta manera, uno de los modos en que se va construyendo el discurso democrático es la producción de textos de divulgación a los que podría pensarse por definición como textos democratizadores del conocimiento.

Por fin, en clave ficcional, podrían leerse títulos como Irulana y el Ogronte, de Graciela Montes (1988), donde la figura del ogronte como el dictador y la rebeldía del pueblo frente a su opresión se resuelve gracias al poder de la palabra:

Entonces Irulana se puso de pie en su banquito, que, como estaba tan negro todo, ni siquiera era un banquito verde, y gritó bien pero bien fuerte, lo más fuerte que pudo gritar: ¡IRULANA! Eso gritó. Una sola vez. Y, aunque Irulana tenía una voz chiquita, el nombre resonó muy fuerte en medio de lo oscuro. (…). Y el nombre creció y creció. La I, por ejemplo, tan flaquita que parecía, se estiró muchísimo. (…). Y la U se hundió en la tierra y cavó un pozo profundo, el más profundo del mundo. Y entonces la R, que rugía como una mariposa furiosa, hizo rodar al ogronte hasta el fondo de la tierra. En una de esas ustedes ponen cara de “no puede ser”, y se ríen y dicen que una palabra no puede hacer esas cosas. Y yo digo que sí puede. Prueben, si no, de decir una palabra importante, una sola, en medio de la noche oscura y al lado de un ogronte… (p. 32).

De sexismo y otros temas

Una lectura actual del catálogo de Libros del Quirquincho nos da idea de una cierta agenda que viene a sumar temas y perspectivas al campo escolar en pleno avance de los nuevos tiempos democráticos. Así como en la Colección Entender y participar el volumen 16 escrito por Graciela Beatriz Cabal e ilustrado por Sergio Kern se llama Los derechos de las mujeres, desde otros títulos lo que se llama en ese momento sexismo en la literatura para niñas y niños es tratado en forma polémica y con la intención de cuestionar representaciones vigentes respecto del rol de la mujer.

El volumen de Cabal en Entender y participar se inicia con un planteo sobre las tareas de la mujer en el hogar y la falta de reconocimiento de esas tareas como un trabajo; también se hace “un poco de historia” y se recuerda y se ilustra a las mujeres feministas de inicios del siglo XX, con datos precisos sobre la primera mujer en recibirse de médica en 1889 que es Cecilia Grierson, la fundación de la Sociedad de Planchadoras en 1903, la huelga de las fosforeras en 1906, la inauguración de la fuente de Lola Mora en 1903. Leyes muy injustas para las mujeres, leyes buenas pero que no se cumplen, pocas mujeres en cargos políticos, sindicales o en puestos importantes de trabajo y hombres que maltratan, insultan y llegan a golpearlas. Y en el cierre, un glosario e información sobre María Eva Duarte de Perón, Alicia Moreau de Justo y Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los otros títulos, en la Colección Apuntes,3 también Graciela Cabal publica Mujercitas ¿eran las de antes? (El sexismo en los libros para chicos), editado en 1992, que reúne textos leídos en mesas redondas, seminarios y congresos de literatura infantil o relacionados con el tema de la mujer. En el prólogo anunciará que los temas son el sexismo en los libros para chicos y lo que llama variaciones como violencia, autoritarismo y prejuicio. Dentro de la producción de la misma autora, cuentos como La señora Planchita, cuyo personaje principal, la señora Planchita de la Fuente, vive abocada a las tareas domésticas hasta que cierta madrugada, desvelada, recupera la memoria de su infancia y le propone a su hija que aún duerme: “Mañana, vos y yo, nos vamos las dos al cine. Y después a tomar chocolate con churros, que tenemos muchas cosas que hablar”, es uno de los tantos textos que cuestionan el rol de la mujer, reducida a las tareas domésticas.

Lo que hoy reconocemos como una política pública a partir de la Ley nº 26.150 de Educación Sexual Integral –incipiente como planteo en el campo educativo entonces– podría sumar planteos como los que se hace Inés, la protagonista de Tengo un monstruo en el bolsillo, de Graciela Montes, quien pone en tensión las relaciones con los distintos adultos de su familia (padre, madre, abuela, tía), que también pone en cuestionamiento situaciones que se desarrollan dentro de la escuela y que además asume una voz interior, la reflexión sobre sí, sobre el sentido de ese monstruo que crece ambiguamente por fuera o desde su cuerpo, una voz problemática y autónoma solo realizable y legible en el campo de la ficción, en el marco del proceso de construcción del lenguaje y de las posibilidades de representación que posibilita la vida en Democracia.

Nuevos modos de leer

Un nuevo tiempo democrático, una nueva forma de entender y participar de la política, unas nuevas sociabilidades y sensibilidades suponen la construcción y el ejercicio de un nuevo lenguaje. Y también suponen nuevos modos de leer en el nuevo contexto de la Democracia. Y también nuevos modos de narrar, de ficcionalizar y de poetizar implicando a la infancia de entonces.

Se produce en este tiempo inicial de la Democracia algo del orden del corte hacia nuevas estéticas de la escritura y de la imagen, de la palabra, de la ilustración y del diseño. A su vez, la lectura como experiencia social de la infancia y específicamente como práctica escolar suponen la construcción de un nuevo pacto de lectura, donde los nuevos textos que salen al mercado se leen de otro modo. Queda claro entonces que la lectura es un campo de lucha por los sentidos y por el lugar de las lectoras y los lectores en esa práctica.

En este contexto, el libro Cara y cruz de la literatura infantil (1988), de la especialista María Adelia Díaz Rönner, se presenta como un texto bisagra para este momento histórico y adquiere un carácter de manifiesto respecto de los nuevos y los antiguos modos de leer. Díaz Rönner propone la categoría intrusiones para referirse a modos de lectura de la literatura para niños que históricamente han venido respondiendo a los intereses de otras disciplinas distintas a la literatura, como lo son la psicología, la psicología evolutiva, la pedagogía y, más allá también, la moral y la ética. De modo enfático, la autora fustiga aquellas formas de dependencia a favor de lo que sostiene como la autonomía estética de la literatura; se trata de literaturizar –en sus palabras– la literatura infantil para que deje de ser un tipo de lectura funcional a otros intereses y para que sea considerado un tipo (más que un género) posible de literatura dentro del campo de la producción cultural.

Otro texto clave para pensar la construcción de la palabra democrática es La construcción del camino lector, de Laura Devetach, que recupera un concepto que la autora desde su experiencia docente y como mediadora de lectura había venido desarrollando desde hace varias décadas. Se trata del concepto de textoteca –de invención de la autora– que permite dar cuenta de lo que llama los textos internos que, a modo de una enciclopedia oral, forman parte de un acervo que está en la memoria de cada sujeto. Textos atesorados de forma individual pero que responden a la experiencia social, que hacen parte de la memoria de una comunidad. Devetach escribe su propia versión de textoteca, de la que transcribo un fragmento:

Había una vez el van y el ven, el va y el ven, el vaivén, de un arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón. Duerme, duerme negrito, que tu mama está en el campo, trabajando, duramente trabajando. Ay que viene el coco a comerse a los niños que duermen poco. Noni, noni, noni, mm, mm, mm. Scht, scht, scht… Un día el arrorró mi niño hizo tortita de manteca, para mamá que le da la teta, tortita de cebada, para papá que no le da nada. Y entonces éste cazó un pajarito, este lo desplumó y éste pícaro se lo comió. Y siempre el tilín tilín, el chas, el broom, el guau, el pío, el cocó, el tolón, el ¿qué?... Eto, eto ¡cá tá! (2008, p. 31).

En algún lugar de su artículo, Devetach se pregunta acerca de la posible relación entre la presencia de la literatura en la escuela y los textos internos, pregunta que invita a revisar cierta idea de cultura letrada escolarizada y hegemónica, respecto al carácter más democratizador de la literatura infantil, la que en estos últimos cuarenta años logró que sus lectoras y lectores no solo fueran niñas y niños: es notable su presencia en experiencias de alfabetización, en trabajos comunitarios, en relación con adolescentes y con adultos mayores, en sectores populares y en diversos contextos, lo que confirma ese carácter democratizador que parece distinguir esta literatura y que nos permite pensarla –en palabras de Devetach– como una literatura popular (Bombini, G., Comunicación personal, 27 de julio de 2023).

Las políticas públicas

El ejercicio público de la palabra y la posibilidad de la lectura como caminos de acceso a la democratización fue acompañado entonces por políticas públicas. Desde la Dirección Nacional del Libro de la Secretaría de Cultura de la Nación, a principios de 1986, se creó el Plan Nacional de Lectura, una línea de trabajo que se sumó al proceso de reactivación de las bibliotecas populares llevado adelante desde la gestión de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP).

Escritores, talleristas, narradores, ilustradores, gente de teatro y otros agentes culturales forman parte de un proyecto que, poco a poco y a demanda, va configurando una red que involucra escuelas, bibliotecas populares, áreas de cultura provinciales y municipales donde la literatura infantil despliega su capacidad de interpelar desde el lenguaje de la fantasía las experiencias culturales y escolares de niños y adultos.

En este sentido, los gestos iniciales de la Democracia en los años 80 son fundantes de tradiciones de políticas públicas que habrán de reconocer continuidad en los últimos cuarenta años. En el año 2003, el sintagma Plan Nacional de Lectura retorna como política pública desde el Ministerio de Educación de la Nación e inicia un camino que privilegia el lugar de la lectura de literatura infantil en la enseñanza y en la formación docente, garantizando su acceso a través de acervos que llegan a las escuelas de todo el país, asumiendo para la lectura la perspectiva de un derecho (Bombini, 2008; Mihal, 2009). Se trata de una política nacional que, de distintos modos, se sostiene hasta hoy y que irradia en políticas en la misma línea que se desarrollan en las provincias (Bustamante, 2012).

Las deudas de la Democracia

Avanzar en el relato acerca del lugar de las experiencias de las infancias en Democracia, en los últimos cuarenta años en la Argentina, nos coloca frente a la necesidad de reconocer deudas. Neoliberalismo, desigualdad, democracia e infancias son términos que nos desafían a revisar momentos complejos de este recorrido, para dar cuenta del modo en que la producción literaria para niñas y niños se hizo cargo de ese proceso socioeconómico.

Entre la estabilidad democrática y el aumento exponencial de la pobreza que se da en las décadas de los 80 y los 90, la desigualdad social afecta la vida de niñas y niños, tensionando entre dos imágenes que presenta Carli (2006, p. 19): la del niño que con un carro tirado por un caballo recorre las grandes ciudades buscando algo para su sustento, y la del niño que accede a las nuevas tecnologías de entonces, en el ámbito de su hogar.

Pero antes de que la crisis del 2001 pusiera en evidencia los efectos de las políticas neoliberales, en la década de los 90 una novela clave de Graciela Montes recupera la tradición de picaresca española, aquel género que tematizaba la situación de las clases subalternas en la España del siglo XVI. Se trata de Las aventuras y las desventuras de Casiperro del Hambre, publicada en 1995 con excelentes ilustraciones del maestro Oscar Rojas.

No hay suficientes tetas para amamantar a todos: ahí se inicia el destino de hambre de Casiperro que pasará de dueño a dueño y será rebautizado cada vez. Recibirá malos tratos –los que reciben los más débiles que están hambrientos– y también encontrará en su camino a algunos compañeros perros y a algunos humanos solidarios. Acaso el episodio culminante para entender la década que le toca vivir a Casiperro sea el de la expulsión de la casa de las niñas enruladitas:

Había recibido muchos retos, pero después había llegado el perdón, como es debido. Lamentablemente, el percance fue otra cosa. Por alguna razón que yo no alcanzo a entender, el percance fue algo imperdonable. Sin embargo, no hubo muertos, ni heridos, nadie salió lastimado; sencillamente me comí dos mil cuatrocientos cincuenta y cinco dólares, según oí decir, eso fue todo. (…). Es cierto que tal vez a ningún ladrón se le ocurriría ir a buscar plata adentro de la heladera, pero ¡guardar los ahorros en un sobre al lado del jamón crudo tampoco me parece una idea muy sensata! (p. 28-29).

Estamos en el año 2000, en el umbral de lo que sería una década de oportunidades para el desarrollo de las democracias de la región, para paliar la desigualdad histórica. Y es en esa primera década del siglo cuando se desarrollan políticas de lectura con gran relevancia de la literatura infantil en varios países, apostando a la vez a una mirada regional (Mihal, 2012).

Políticas que hasta el día de hoy persisten cuando hay una voluntad democratizadora que sigue creyendo en la posibilidad de una distribución más justa de los bienes simbólicos y materiales para las grandes poblaciones de nuestros países, para que todos sus niñas y niños participen del festín del milenio. A su vez, a cuarenta años nos toca estar atentos a cualquier forma de retroceso, de negacionismo o de retorno a viejas prácticas que quedaron inscriptas en la historia anterior al 10 de diciembre de 1983.

Al respecto, de su libro clave Los trabajos de la memoria, de Elizabeth Jelín, citamos a modo de cierre:

En verdad, los procesos de democratización que suceden a los regímenes dictatoriales militares no son sencillos ni fáciles. Una vez instalados los mecanismos democráticos en el nivel de los procedimientos formales, el desafío se traslada a su desarrollo y profundización. Las confrontaciones comienzan a darse, entonces, en relación al contenido de la democracia (2021, p. 26).

Referencias bibliográficas

Bombini, G. (2001). La literatura en la escuela. En M. Alvarado, Entre líneas. Teorías y enfoques en la enseñanza de la escritura, la gramática y la literatura. Manantial.

_ (2008). La lectura como política educativa. Revista Iberoamericana de Educación. Monográfico. Perspectivas en torno a la Lectura, 46, 2008.

_ (2020). Disidencia, resistencia y reposicionamiento: la actividad editorial entre dictadura y democracia. Mujeres editoras. En Cuadernos del Centro de Estudios en Diseño y Comunicación. Universidad de Palermo/IDES/LICH/UNSAM/CONICET, 23 (107), 161-176.

Bustamante, P. (coord.) (2012). Conjeturas. Acerca de lectura, lectores y literatura. El Hacedor.

Cabal, G. (1988). La Señora Planchita y un cuento de hadas pero no tanto. Libros del Quirquincho.

_ (1992). Mujercitas ¿eran las de antes? (El sexismo en los libros para chicos). Libros el Quirquincho.

_ (2001). De libros y de niños. En Cabal, G. (2001). La emoción más antigua. Lecturas, escrituras, el encuentro con los libros. Sudamericana.

Carli, S. (2006). Notas para pensar la infancia en la Argentina (1983-2001). Figuras de la historia reciente. En S. Carli (comp.), La cuestión de la infancia. Entre la escuela, la calle y el shopping. Paidós.

Devetach, L. (2008). La construcción del camino lector. Comunicarte.

Díaz Rönner, M. A. (1988). Cara y Cruz de la literatura infantil. Libros del Quirquincho.

García, L. (2021). Los itinerarios de la memoria en la literatura infantil argentina. Narrativas del pasado para contar la violencia política entre 1970-1990. Lugar Editorial.

Honorable Congreso de la Nación (2006, 4 de octubre). Ley 26.150. Programa Nacional de Educación Sexual Integral. https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/ley-26150-121222

Invernizzi, H. & Gociol, J. (2002). Un golpe a los libros: represión en la cultura durante la última dictadura militar. Eudeba.

Jelin, E. (2021). Los trabajos de la memoria. Fondo de Cultura Económica.

Mihal, I. (2009). Plan Nacional de Lectura: Notas sobre una política de promoción de la lectura. Revista Pilquen. Sección Ciencias Sociales, Año XI, 11.

_ (2012). Cultura y desarrollo: Planes Nacionales de Lectura en Brasil y Argentina. Políticas Culturais em Revista. Universidade Federal da Bahia, 5 (2), 115-134.

Montes, G. (1986). ¿Qué es esto de la democracia? Libros del Quirquincho.

_ (1988). Tengo un monstruo en el bolsillo. Libros del Quirquincho.

_ (1991). Irulana y el ogronte. Libros del Quirquincho.

_ (1995). Aventuras y desventuras de Casiperro del Hambre. Gramón-Colihue.

Pesclevi, G. (2013). Libros que muerden. Literatura infantil y juvenil censurada durante la última dictadura cívico-militar 1976-1983. Biblioteca Nacional.

Sarlo, B. (2005). Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión. Siglo XXI Editores.

Velázquez Ramírez, A. (2015). Regeneración y tiempo: el lenguaje político del alfonsinismo en la transición a la democracia en la Argentina. Revista Ariadna. Universidad del País Vasco.


1 Los cuarenta años de Democracia que celebramos coinciden con los años de mi desarrollo profesional, si considero mi primer trabajo docente de 1986 y la publicación de mi primer libro en 1989. Precisamente ese libro llamado La trama de los textos. Problemas de la enseñanza de la literatura se publicó en la Colección Apuntes de la editorial Libros del Quirquincho. Al leer este artículo el lector reconocerá la implicación personal que se pone en juego en relación con el tiempo histórico y con la esfera cultural a la que me refiero en él. Siguiendo a Beatriz Sarlo en el capítulo 5, Posmemoria, reconstrucciones de su libro Tiempo pasado, Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión, ella recupera categorías de ciertos autores que cita; establece la idea del carácter vicario de toda memoria en tanto nos referimos a hechos que ocurrieron de los que no fuimos partícipes directos, frente a “los hechos del pasado, que las operaciones de una memoria directa de la experiencia pueden reconstruir; son muy pocos y están unidos a las vidas de los sujetos y su entorno inmediato” (2005, p. 127). En la escritura de este texto transité ambas posiciones, la del narrador vicario, dando cuenta de las acciones de sujetos de por lo menos una generación anterior a la mía y, en otros casos, siendo partícipe directo de algunos de los hechos referidos.

2 La Colección se publica hasta el año 1990 y sus 19 títulos son: 1. ¿Qué es esto de la democracia?, 2. ¿Para qué sirven las leyes?, 3. Los derechos de todos, 4. ¿Por qué la Argentina es una República?, 5. ¿Qué pasa dentro del Congreso?, 6. ¿De qué trabaja el presidente?, 7. La Constitución es una cosa seria, 8. ¿Cómo se hace justicia?, 9. ¿Qué son los partidos políticos?, 10. Para aprender a votar, 11. ¿Qué pasa con las provincias?, 12. ¿Quién manda en la ciudad?, 13. ¿El derecho de aprender?, 14. Los derechos de los chicos, 15. ¿Qué son los documentos?, 16. Los derechos de las mujeres, 17. ¿Qué es cooperar?, 18. Los derechos de los que trabajan, 19. ¿Qué es la deuda externa?

3 Se trata de una Colección literaria y pedagógica, dirigida por María Adelia Díaz Rönner, que asume en general un tono ensayístico con diversidad de temáticas relacionadas con la literatura infantil, la escritura, la enseñanza de la literatura, el periodismo y la filosofía para niños, el teatro, la educación inicial, entre otros.