Agustina Vila
La revista Anales de la Educación Común constituye la memoria más antigua de la vida educativa de la provincia de Buenos Aires y del país. Fue fundada por Domingo Faustino Sarmiento en 1858 y albergó, entre otras y otros especialistas, pensadores y pedagogos, la impronta intelectual de Juana Manso.
En sus páginas perviven documentos, proyectos y perspectivas que identifican el devenir de las ideas que conforman la historia de la Educación, con sus luces y con sus sombras.
Y es precisamente con el objetivo de recuperar su compromiso fundacional y aportar al diálogo intergeneracional que caracteriza a la educación que ahora abordamos la tarea de reeditarla.
Se trata de resguardar y divulgar nuevas reflexiones e ideas, así como de realizar un cuidadoso registro de experiencias sobre las que podamos aprender e inspirarnos.
Atravesamos los avatares de una circunstancia completamente excepcional e inesperada, como es la presencia de una pandemia.
Se trata de una condición sanitaria que nos obliga a cuidarnos y a cuidar a los demás.
Desde el inicio de la pandemia nos propusimos que la imposibilidad de encontrarnos en las aulas no fuera sinónimo de lejanía, ni de ausencia.
Y en forma colectiva y mancomunada logramos que nuestra escuela estuviera presente, acompañando a cada estudiante y a su familia.
Cada uno de las y los que conforman nuestro sistema educativo, desde su espacio de responsabilidad, en la diversidad, logró aportar a un colectivo en el que toda tarea, aunada, se potenció.
Frente a un escenario adverso que agudizó las desigualdades preexistentes fuimos construyendo soluciones conjuntas. Procurando siempre que el sistema educativo se desarrollara, se fortaleciera y, de esa forma, garantizara el derecho individual y social a la educación de todas y todos los estudiantes bonaerenses.
Estos acuerdos que hoy estamos logrando construir han hecho posible que la escuela retorne a su vital cauce y vuelva a poner en el centro de su acción al encuentro educador entre semejantes, aquel que promueve y aloja las enseñanzas y los aprendizajes.
Estamos volviendo a recuperar el camino trazado por los consensos sociales que priorizan a la educación. Y es imperioso que como sociedad no volvamos a permitir que se abandonen. Entre 2003 y 2015, se había logrado avanzar en un sendero de inversión que de haberse sostenido, nos hubiera permitido contar con un sistema educativo mucho más robusto para poder afrontar la pandemia.
En esos años logramos dar pasos fundamentales, tales como la sanción de la Ley de Ciclo Lectivo Anual, la Ley del Fondo Nacional de Incentivo Docente, la Ley de Financiamiento Educativo, la Ley de Educación Técnica y Profesional, la Ley Nacional de Educación Sexual Integral y, la Ley de Educación Nacional, junto a su par Provincial.
Además, en ese contexto de avances, hay que contar la creación del Instituto Nacional de Formación Docente (INFoD) y la implementación de programas nacionales como FinEs, o Conectar Igualdad (la primera iniciativa estatal para universalizar la incorporación de las TIC al sistema escolar).
Estos acuerdos imprescindibles que supimos conseguir son el legado que nos tiene que movilizar hacia el futuro, mirando la historia para aprender de ella; remarcando lo que se ha hecho bien, pero también visibilizando las enormes dificultades que transita aún hoy el sistema educativo bonaerense.
Este número de relanzamiento de Anales de la Educación Común está dedicado a Manuel Belgrano, a 200 años de su fallecimiento. En estas páginas están la Educación y su tiempo.
La figura de Manuel Belgrano representa la lucha por la defensa de los ideales más profundos de la Patria, desde una perspectiva emancipadora, libre y soberana. Sus ideas han permitido poner en cuestión definiciones naturalizadas de aquella época y nos han ayudado a construir un nuevo imaginario de lo público colectivo, más inclusivo. De allí nuestro interés en recordar su obra en este año, en el que también celebramos los 200 años de vida de la provincia de Buenos Aires.
Aunque el 2020 esté signado por la incertidumbre y la tristeza, también en el año donde colectivamente estamos aprendiendo a cuidar nuestra salud y realizar un esfuerzo encomiable para que la educación llegara todas y todos y, más aún, para profundizar el encuentro con quienes más lo necesitan. Equipos de inspección, autoridades de las escuelas, docentes, auxiliares y el conjunto de las y los trabajadores de la educación han dado en todo este tiempo innumerables muestras de su profesionalismo, creatividad y dedicación.
Esta situación extraordinaria terminará. Y cuando pase, sentiremos el orgullo del esfuerzo que todas y todos llevamos a cabo en favor del más delicado desafío que enfrentamos diariamente: el de trabajar por una Educación pública, democratizadora, de calidad, inclusiva y fruto del compromiso colectivo.
Todo este acontecer motiva el regreso de la revista Anales de la Educación Común. Sin duda, las páginas que vayamos escribiendo serán un aporte para seguir construyendo un presente, siempre entramado con el pasado y el futuro de nuestro pueblo y, profundamente comprometido con cada uno de las y los bonaerenses que habitan nuestra extensa, valiosa y querida Provincia de Buenos Aires.