Cecilia Braslavsky en el Palacio Sarmiento: su biblioteca personal en la Biblioteca Nacional de Maestras y Maestros

Fernando Ariel López
Biblioteca Nacional de Maestras y Maestros

Mariana Alcobre
Biblioteca Nacional de Maestras y Maestros

Alexandra Murillo Madrigal
Biblioteca Nacional de Maestras y Maestros

La Biblioteca Nacional de Maestras y Maestros (BNM) del Ministerio de Educación de la Nación, desde su fundación se impuso la tarea de preservar, conservar, registrar y poner en valor la memoria de la educación argentina. Sus prioridades ponen especial atención en la producción bibliográfica y documental del Ministerio, y en posibilitar su difusión a través de un servicio de excelencia, orientado hacia la ciudadanía en general y a la comunidad educativa en particular.

A fin de que el logro de estas metas tenga una llegada adecuada a todas las jurisdicciones, la BNM fomenta instancias de formación y capacitación del personal de las unidades federales de información. Consciente de su función, la BNM concentra esfuerzos en fortalecer el acceso a la información y al conocimiento de sus colecciones, alentando intercambios fluidos entre todas las regiones del país, acortando distancias, acentuando el valor de la biblioteca pública y el rol fundamental que desempeñan las bibliotecas escolares en el marco del sistema educativo argentino.

La BNM es una biblioteca pública que cuenta con 220.000 recursos, entre los que se encuentran libros, revistas, videos, documentos e imágenes, entre otros, actualmente disponibles para la consulta de los usuarios. Entre los recursos más valiosos de la BNM, destacamos una amplia colección vinculada a la educación, una biblioteca infantil con 5.000 libros y una biblioteca digital con 40.000 recursos en línea.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA BNM

La creación de la BNM coincide con el proyecto modernizador motorizado por la generación del 80. En dicho proyecto, el sistema educativo ocupó un lugar central, como lo demuestran las campañas de alfabetización, la construcción de escuelas, la formación del personal docente, la adquisición de libros y material didáctico de avanzada, el fomento de la lectura y la creación de bibliotecas. La educación se constituyó como el basamento de las transformaciones sociales que determinaron el carácter de aquella Argentina que empezaba a mostrar sus primeros visos de modernidad. En ese contexto, la Biblioteca Nacional de Maestras y Maestros ocupó un espacio relevante que tuvo una notoria continuidad histórica: hace más de un siglo cumple un rol específico dentro de las políticas del Consejo Nacional de Educación y, posteriormente, del Ministerio de Educación.

La creación de la BNM se remonta al año 1870, cuando Domingo Faustino Sarmiento ocupaba el sillón presidencial y Nicolás Avellaneda tenía a su cargo el ministerio de Justicia e Instrucción Pública. El decreto de su fundación designa como director a Clodomiro Quiroga, y dispone que se procede "a la formación de una nueva oficina que la Ley de Presupuesto ha establecido en el Departamento de Instrucción Pública, con la designación de Biblioteca y Reparto de Libros". En esos primeros momentos, la BNM se instaló en una dependencia del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública, en la Casa de Gobierno. En los siguientes veinte años, la biblioteca cambió de sede en varias oportunidades, hasta que en el año 1889 se instaló definitivamente en el domicilio de Rodríguez Peña 935, edificio en el que permanece hasta el día de hoy.

Como bien señala Nicolás Rivero (1984), la carencia de verdaderos catálogos bibliográficos en las primeras décadas de vida de la institución representaba una dificultad, ya que los libros se acumulaban desordenadamente; tanto los registros de adquisiciones como las estadísticas de usuarios tenían imprecisiones y, en algunos casos, se registraban contradicciones. En 1906, a partir de la gestión del doctor Amador Lucero, podemos hablar de una adecuada organización de los fondos, por la aplicación de un auténtico criterio bibliotecológico. Lucero, no solo se ocupó de reformas edilicias y de la formación del personal, sino que, además, realizó el primer inventario, donde advierte la existencia de 175 ejemplares raros y especiales, sin especificar el criterio aplicado a esta categoría. Juan Túmburus, uno de los pioneros de la bibliotecología en Argentina, fue un estrecho colaborador de Lucero, desempeñándose simultáneamente como jefe de turno, secretario y contador de la biblioteca, que en esa época contaba solamente con siete empleados. Luego del fallecimiento de Lucero, ocurrido en octubre de 1914, y después de unos meses en los que la biblioteca fue gestionada en forma provisional por el señor José Censi, en marzo de 1915 asume la dirección el poeta Leopoldo Lugones, quien permanecerá al frente de la biblioteca por el lapso de veintitrés años.

En el transcurso de su dirección, Leopoldo Lugones implementó una serie de políticas que marcaron para siempre el perfil de la institución. Quizás, en ningún área su presencia fue tan determinante como en la de la conformación del Fondo Antiguo. El autor de Lunario sentimental aplicó una ágil política de adquisición bibliográfica, a través de la que se hace notable su entrenado ojo de bibliófilo exquisito. Durante esos años, se incorporaron al catálogo de la biblioteca obras raras y valiosas que Lugones gestionaba en forma personal, desde la elección de los títulos hasta la discusión del precio, y que servirían para la conformación del núcleo del actual tesoro de la institución. Si se observa la lista de compras, se percibe con claridad la intención de incorporar material relacionado con la historia del país y del continente, lo que permitió conformar una de las colecciones más completas de primeras impresiones de la crónica americana. Se cuentan en este rubro, la Relación y comentarios de Alvar Núñez Cabeza de Vaca, en su rarísima edición de Valladolid de 1555, y el Derrotero y viaje a España y las Indias de Ulrico Schmidel, en la edición latina de Núremberg de 1599, obras que contienen los primeros relatos referidos a los territorios del futuro país. La colección de ejemplares de la Gazeta de Buenos Ayres o una primera edición de la Encyclopédie de Diderot y D’Alembert, que con sus índices y suplementos es una de las pocas colecciones completas que se conserva en las bibliotecas argentinas, son otros ejemplos de las incorporaciones realizadas por Lugones durante aquellos años.

En 1948, asume la dirección Nicolás A. Rivero, quien permaneció por más de treinta años en su cargo, tratando siempre de apostar a una modernización de la institución, adaptándola a los nuevos tiempos, pautados por el progreso de las comunicaciones.

En 1993, asume el cargo de directora Graciela Perrone. Es en ese momento que la Biblioteca adquiere un rol protagónico en la reforma educativa, a partir de la sanción de la Ley Federal de Educación.

La remodelación de toda su infraestructura y la incorporación de las últimas tecnologías, posibilitaron a los usuarios disfrutar de un servicio renovado en su totalidad: Biblioteca Digital, consultas remotas, actualización de los fondos bibliográficos y de los servicios, para enfrentar el desafío de la era informática y las nuevas necesidades educativas. Durante este período, los fondos históricos educativos de la BNM se acrecientan de forma considerable, con las donaciones de diversos educadores argentinos como Cecilia Braslavsky.

FONDOS SOBRE EL PATRIMONIO HISTÓRICO EDUCATIVO ARGENTINO

Como señalamos anteriormente, el fondo antiguo de la BNM, se consolida durante las direcciones de Leopoldo Lugones y de Graciela Perrone. En la actualidad, el fondo histórico educativo de la biblioteca está constituido por colecciones de textos editados en otros países, primeras producciones realizadas en nuestro país, entre fines del siglo XVIII y las primeras décadas del siglo XIX, las obras de Domingo Faustino Sarmiento, colecciones de literatura universal, libros de gran formato, muchos de ellos utilizados a principios de siglo XX, como así también, materiales de enseñanza, atlas y planos de diferentes épocas, informes de viajeros, un nutrido corpus de libros de lectura y textos escolares, y publicaciones periódicas educativas históricas, entre las que podemos nombrar: El Monitor de la Educación Común, La Obra, Archivos de Pedagogía, entre otros. Estas producciones se constituyen como el corazón de dicho fondo.

A este fondo bibliográfico y hemerográfico, debemos sumar las bibliotecas personales de importantes personalidades del quehacer educativo y cultural nacional como Pablo Pizzurno, Juan de Vedia, Alejandra Pizarnik, Berta y Cecilia Braslavsky, María Hortensia Lacau y Mabel Manacorda de Rosetti.

No debemos olvidarnos de la importancia del fondo antiguo, ubicado en la Sala del Tesoro de la BNM, valiosa colección que se fue conformando a lo largo de más de un siglo, y que alberga obras de alto valor simbólico, editadas con anterioridad a 1810, además de la colección personal de libros de Leopoldo Lugones. La variedad temática de las obras reunidas va desde textos sagrados y de teología, a exquisitas ediciones renacentistas de libros científicos y filosóficos. Con respecto a las ediciones rioplatenses, son especialmente estimadas las publicadas por la Imprenta de Niños Expósitos, y también debemos destacar la presencia de las colecciones más completas de la Gazeta de Buenos Ayres. Primeras ediciones de textos escolares, como la Cartilla o Silabario para uso de las escuelas de 1816, editado por la primera imprenta independiente de nuestro país, la Imprenta Gandarillas, o El Método de Lectura Gradual de Sarmiento, de ediciones nacionales, son obras que enaltecen el catálogo de la BNM.

La BNM también posee un fondo documental vinculado a la gestión del Consejo Nacional de Educación (CNE), del cual contamos con sus actas y boletines de comunicación, y las memorias del Ministerio de Instrucción Pública y/o Educación, producidas a lo largo de los siglos XIX y XX.

En la primera década del siglo XXI, además se incorporaron al fondo algunos archivos personales de educadores argentinos como Berta Braslavasky o Mabel Manacorda de Rosetti, como así también, el archivo de trabajo de Adriana Puiggrós (sus fuentes documentales en relación a su estudio sobre el quehacer educativo del Inspector Rattier) y el archivo de Silvina Gvirtz que contiene los cuadernos escolares utilizados en su investigación.

EL FONDO CECILIA BRASLAVSKY EN LA BNM

La figura de Cecilia Braslavsky, educadora argentina, ha sido de relevancia en el área de la historia de la educación, pero también de la política educativa de nuestro país (Dussel, 2005). Cuando falleció, en el año 2005, su familia decidió donar su biblioteca personal a la Biblioteca Nacional de Maestras y Maestros. En ese año, el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, estaba a cargo del Ministro Daniel Filmus, quien había trabajado años anteriores, codo a codo, con Cecilia Braslavsky. La directora de la BNM, Graciela Perrone junto a Ana Diamant, Coordinadora de Sala de Investigadores, comenzaron a gestionar la donación de la biblioteca personal de Cecilia Braslavsky.

Inmediatamente, la familia de Braslavsky consideró que nuestra institución sería el mejor espacio para guardar y proteger dicho patrimonio, y que su legado permaneciera disponible para futuros lectores.

En ese mismo año 2005, se recibió la donación de manos de sus familiares más cercanos: Gustavo y Camila Cosse, junto a Silvia y Berta Braslavsky, quienes entregaron simbólicamente más de 1200 obras pertenecientes a la prestigiosa pedagoga. De esta manera, sus libros, ejemplares de revistas educativas, documentos internacionales, producciones personales e inéditas para congresos y seminarios, materiales de cátedra y su tesis de doctorado, presentada en la Universidad de Leipzig en 1979: Die schulpflicht in Latinamerika: ein Beitrag zur vergleichenden untersuchung ihrer gesellschaftlichen voraussetzungen und der tendenzen ihrer verwirklichung unter besonderer berücksichtigung ausgewählter länder / La educación [escolaridad] obligatoria en América Latina: una contribución al estudio comparado de sus condiciones sociales y las tendencias de su realización, con especial referencia a países seleccionados, están para consulta de alumnos, educadores e investigadores que visitan cotidianamente la Biblioteca.

Apenas ingresado el material, el área de Procesos Técnicos Bibliotecológicos comenzó a trabajar en la puesta en valor del fondo, efectuando el correspondiente registro bibliográfico y organización física. Luego se procedió al ordenamiento de hojas, fichas, artículos publicados, anotaciones, entre otros papeles de trabajo, que acompañaban la donación. Cada uno de estos recursos de información, se guardaron de acuerdo con el tipo de soporte, a fin de su óptima conservación.

En términos catalográficos, los recursos de información de esta donación dieron como resultado: 1583 registros de libros, 235 registros de artículos de publicaciones periódicas, 83 registros que informan sobre el tipo de fondo que agrupan, como fichas, apuntes, notas manuscritas y 10 registros de recursos electrónicos.

Los registros catalográficos se realizaron de acuerdo con el formato Marc 21, mientras que para su clasificación se usó la Clasificación Decimal Universal adaptada por la BNM, y para el análisis de contenido el Vocabulario General de Educación de la BNM, se asignó para su guarda la Sala Americana, y se marcó en cada uno de los registros e ítems la procedencia: “Donación Biblioteca Personal Cecilia Braslavsky”.

El análisis de contenido fue realizado conjuntamente por un equipo interdisciplinario de las áreas de bibliotecología, educación e historia.

La BNM fue un espacio de trabajo para Cecilia Braslavsky a lo largo de su carrera, y en los tiempos de su gestión en el Ministerio de Educación, durante la década del 1990, le otorgó un lugar de importancia a la misma. Además de la donación de su Biblioteca Personal, la BNM posee una amplia bibliografía de la producción y participación de Cecilia Braslavsky, así como obras en donde se la cita. Todas ellas se encuentran disponibles en nuestro catálogo bibliográfico.

LAS LECTURAS DE CECILIA

Los libros de la biblioteca de Cecilia Braslavsky son piezas de un rompecabezas que nos invita a encontrar una imagen completa, donde se verán reflejados sus aportes al mundo de la educación: la docencia, la investigación y la gestión; pero también podemos sumar otros aspectos, como, por ejemplo, lecturas de escritores que retratan a Buenos Aires, con una mirada especial, o autores vinculados al mundo de las bibliotecas.

Tomar un libro de este fondo puede transformarse en un buen ejercicio de empatía, ya que nos puede llevar a vivenciar lo experimentado por ese otro, en este caso, recuperar la mirada de una educadora de nuestro país que dedicó su vida a encontrar la manera de contar con una educación de calidad en nuestra sociedad.

El fondo bibliográfico se complementa con algunas piezas de un fondo documental que nos permite reconstruir escenas de esa vida dedicada a la educación.

Del mismo modo que con el catálogo de la biblioteca, podemos ingresar a realizar la búsqueda de las lecturas de Braslavsky con diversas palabras clave: historia de la educación, universidades, psicología del niño, relación familia-escuela, investigación educativa, capacitación docente, Argentina, etc.

En este rápido paneo que hacemos de la biblioteca de Braslavsky, nos detendremos en algunas líneas de trabajo de la educadora, con el objetivo de despertar el ánimo de seguir indagando más en este fondo personal. Por ejemplo, en la biblioteca hay un poemario, de temática porteña, de Roberto Valenti, un escritor italiano que se radicó en nuestro país a comienzos del siglo XX y que fue considerado por la crítica del momento como el sucesor de Evaristo Carriego, o un acercamiento a la lectura de Stefan Zweig desde Triunfo y tragedia de Erasmo de Rotterdam, fragmentos de sus lecturas literarias.

Es notoria la cantidad y diversidad de publicaciones periódicas educativas con las que cuenta su fondo: History of Education Quarterly, Cadernos de Pesquisa, Revista Iirice, Propuesta Educativa (FLACSO), Revista Latinoamericana de Innovaciones Educativas: una realización de la comunidad americana, entre otras. Las revistas fueron un factor fundamental para mantenerse actualizada en su campo de acción, teniendo en cuenta la manera en que circulaban las ideas de su tiempo.

Hay también producciones relacionadas con el vínculo entre religión y juventud, a través de documentos oficiales de la Iglesia Católica, la voz del Papa o de los obispos de nuestro país. Si se tiene en cuenta que Braslavsky siempre fue una defensora de la educación laica, llama la atención esta particularidad.

La pasión de Braslavsky por la historia de la educación puede constatarse en la abundancia de fuentes primarias que nos ofrecen un formidable marco para reconstruir la historia de la educación argentina como: Espiritualizar nuestra escuela: la instrucción pública primaria argentina en 1931 de Juan B. Terán, Política educacional en el cuadro de las ciencias de la educación de Américo Ghioldi, Juan Baltazar Maciel de Juan Probst, entre otros.

La pasión de Braslavsky por la historia de la educación puede constatarse en la abundancia de fuentes primarias que nos ofrecen un formidable marco para reconstruir la historia de la educación argentina como: Espiritualizar nuestra escuela: la instrucción pública primaria argentina en 1931 de Juan B. Terán, Política educacional en el cuadro de las ciencias de la educación de Américo Ghioldi, Juan Baltazar Maciel de Juan Probst, entre otros.

Además, se encuentra la presencia de fuentes que analizan los textos escolares, en especial los textos escolares de historia, donde ella focalizó su interés de análisis, trabajando en forma conjunta con el equipo del Instituto Georg Eckert de Alemania.

Por último, cabe destacar la presencia en este fondo de una pluralidad de voces del mundo de la educación, algunas contemporáneas, que nos ofrecen diferentes miradas en torno a la educación: hay ejemplares nuevos y otros de segunda mano, mayormente escritos en español y portugués, pero también en otras lenguas como la francesa y la alemana.

De esta manera, hicimos un recorrido general por las líneas más relevantes de la biblioteca de Braslavsky. Su riqueza no podría ser abarcada completamente en este espacio que cumple simplemente la función de ser una invitación a explorar para descubrir todos sus matices.

Una vez más, queremos expresar un especial agradecimiento a la familia de Cecilia que confió en esta institución para albergar esta personal e incomparable memoria de la educación de nuestro país.

Se pueden consultar las obras de y sobre Cecilia Braslavsky, y sobre su biblioteca personal en el catálogo de la BNM http://www.bnm.me.gov.ar/catalogo/Search/Results?lookfor=Cecilia+Braslavsky

Para más información los invitamos a escribirnos bnminfo@educacion.gob.ar

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  • Biblioteca Nacional de Maestras y Maestros. Catálogo. http://www.bnm.me.gov.ar/catalogos/
  • Dussel, I. (2005). Homenaje Cecilia Braslavsky (1952-2005). Espacios en Blanco. Revista de Educación, 15, 9-12.
  • Rivero, N. A. (1984). Historia de la Biblioteca Nacional de Maestros. Ministerio de Cultura y Educación de la Nación.