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Resumen

Sarmiento hablaba directamente con los maestros y los directores de sus escuelas. Les preguntaba con nombre y apellido por los alumnos que tenían muchas faltas o que no ofrecían un rendimiento acorde a sus expectativas. Eran apenas algunas aulas, pero las suficientes para inaugurar aquello que doscientos años más tarde configuraría un universo de 21.000 servicios educativos y miles de docentes, el más vasto sistema de América Latina.